Una característica esencial de liderazgo es el delegar tareas, lo cual requiere de un análisis detallado de información y de pensamiento estratégico, acompañados de objetivos específicos y mucha experiencia. Esto puede ir desde asignar actividades a otras personas o equipos en la organización, hasta contratar a una empresa externa para ciertas tareas.

Uno de los factores para determinar si algo se hará dentro de la compañía o si se recurrirá al outsourcing, es el ROI: cuál inversión da un mayor beneficio por el menor costo posible. Por ejemplo, muchas veces es mejor tener una agencia de marketing encargada de la elaboración y ejecución de las campañas y que un individuo o un equipo pequeño dentro de la empresa propia, sea quien se dedique a elaborar la estrategia en conjunto con ellos.

En el caso de los programas de incentivos, sucede algo similar. Así como muchas otras cosas que forman parte de un negocio, un programa de este tipo necesita de profesionales especializados en ellos.

¿Por qué se necesitan incentivos?

Sabemos que un contrato establece las prestaciones y la paga que se darán a cada trabajador. Sin embargo, más allá de solo tener personal capaz y de tener una buena productividad laboral, toda empresa se beneficia de la retención del mejor talento humano.

Para que la gente se quede contigo, tanto clientes como trabajadores, deben de obtener algo más allá que solo la satisfacción de una necesidad: dales felicidad y supera sus expectativas. Por tanto un salario atractivo y prestaciones por encima de la ley, son un gran primer paso.

Los incentivos son otro, pero su gran valor está en la gestión, para que el programa sea exitoso y no un gasto sin beneficios. Tres de los errores más comunes en este rubro son:

  1. Confundir incentivos con comisiones.
  2. Crear programas de incentivos muy complicados.
  3. Dar incentivos monetarios.

¿Cómo gestionar un programa de incentivos?

A menos que en tu empresa cuentes con un experto en este tipo de programas, con experiencia comprobable, lo mejor es buscar ayuda afuera. Tú eres experto en lo que haces para tus clientes; de la misma forma pide ayuda a un experto en incentivar a los trabajadores, para poner en marcha programas de forma efectiva y rápida, que te ayudarán a que todos tengan un mejor desempeño laboral, a que haya mejor clima organizacional y a vender más.

Tu área de recursos humanos, así como las áreas en las que ejecutarás esta iniciativa, deben de estar familiarizados con el objetivo y asignar a una persona para mantener contacto con la empresa que te ayude a arrancar y administrar el programa, sus recompensas, sistemas de redención y procesos de envío.

Junto con ellos tendrás que acordar los objetivos que se buscan y la mejor forma de alcanzarlos, así como definir los niveles de premios que estarán disponibles, según el esfuerzo y resultados. Un programa como estos sirve para que tu equipo se esfuerce más y reciba algo a cambio, sin que su relación con la empresa se vea afectada, y sin que la organización tenga pérdidas, sino que genere más ganancias.

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