Suena obvio, pero en ocasiones no nos percatamos de ello. Después de todo, es fácil pasar por alto problemas que no tienen una raíz tan evidente. La falta de motivación en el personal de una empresa de cualquier giro o tamaño, es difícil de identificar en algunos escenarios, aunque sus efectos no lo sean.

Clara falta de motivación

Lo más obvio es cuando un trabajador deja de esforzarse como antes y su rendimiento es el mínimo necesario. Conforme esto empeora, comienza la aparición de descuidos y errores. Aquí es un momento bueno para que el liderazgo y el área de recursos humanos atiendan la situación; después de todo la falta de motivación es al mismo tiempo causa y efecto de otras situaciones.

Es importante detectar si el problema es personal o profesional, y cómo puede darse apoyo a la persona. Quizás es el reflejo de una situación generalizada, como una mala ejecución (o carencia por completo) de un programa de lealtad. Quizás tiene problemas familiares y unos días fuera del trabajo sean suficientes para resolverlos. La atención y el cuidado personal son indispensables.

La falta de motivación más peligrosa

En ocasiones los efectos de personal no motivado como problema generalizado son menos obvios. Si todos sufren de lo mismo y el clima laboral comienza a resentirlo, lo evidente serán otros indicios:

  • Un problema repentino o al parecer aislado con una cuenta o un cliente
  • Fallas en fechas de entrega que no afectan el resultado final, pero sí aumentan la tensión
  • Rotación de personal repentina
  • Bajas en las ventas

El reto es identificar la raíz de estos problemas, ya que muchas veces son síntomas de otro tipo de situaciones. Por ejemplo, las ventas y los problemas con un cliente específico pueden ser resultado de un mal desempeño laboral, consecuencia del problema que aquí tratamos, o de algo muy distinto como procesos de contratación ineficientes o con falta de objetividad.

Es indispensable hallar si los motivadores no son ideales o suficientes y atenderlo, porque si tan solo 5 personas no tienen el compromiso o la pasión de antes, afecta a todos. Sus entregas retrasadas y el descuido de clientes internos, causan estrés y malas relaciones que poco a poco pueden dañar a otros.

Conflictos internos pueden ser catastróficos: la irracionalidad, si toma control de algunas personas, termina por volver las cosas personales y en el peor de los casos las ventas bajan, lo que afecta a los ingresos de todos en la empresa y además puede ocasionar la salida de personal indispensable, cuyo talento es esencial y su relación con el resto del equipo, así como su liderazgo, eran excepcionales.

Descuidos pequeños en detalles diarios del interior de la empresa, son tan (o más) dañinos para el clima laboral y los resultados, como lo suele ser una crisis de relaciones públicas. Que la sociedad entera no sepa del problema de la empresa, no lo hace menos importante.

2,000 ventas generadas con esta promoción de consumo