Incentivar a los trabajadores es un aspecto fundamental en cualquier empresa. Si alguien que forma parte del equipo no está comprometido la organización, entonces no solo tendrá un desempeño laboral pobre, sino que además afectará al clima organizacional y al trabajo de los demás.
Por tanto es que muchas empresas crean o adoptan programas de incentivos, para explotar al máximo el potencial del talento humano. Sin embargo, hay algunas cosas que deben saberse antes de usar estas medidas.
No hay recetas mágicas para la motivación
El liderazgo de una empresa y sus profesionales de recursos humanos tienen que ser conscientes de que su trabajo debe incluir la motivación y el reconocimiento de los empleados, así como la consolidación de relaciones duraderas con ellos. De lo contrario, ningún programa de lealtad o incentivos logrará nada.
Si las bases de la empresa no priorizan a las personas, es momento de replantearlas, para que soluciones como estos programas tengan el efecto esperado.
No cualquiera puede gestionarlos
Cuando alguien que no es profesional ni experto intenta hacer algo fuera de su campo de especialidad, quizás aprenderá mucho eventualmente, pero le tomará tiempo y cometerá muchos errores. Las empresas no pueden permitirse este lujo, pero muchas veces, con la intención de ahorrar unos pesos, deciden improvisar y hacerlos por su cuenta.
Esto resulta en algo similar a una empresa que no tiene expertos en marketing, relaciones públicas, ni publicidad, pero decide comenzar por sí sola su relación con medios para pautas publicitarias: quizás haya algunos aciertos, pero el presupuesto destinando para ello no rendirá con todo el potencial que tiene. Además pueden cometer errores como creer que el dinero es un buen incentivo para la motivación.
Recompensas claras, no castigos
Como indica Harvard Business Review, si el clima organizacional, los valores y otros elementos fundamentales de la empresa no son adecuados y la gente no está alineados con ellos, los programas de recompensas serán inútiles y sólo cubrirán de forma superficial problemas que el liderazgo no ha atendido.
Asimismo es indispensable que se reconozcan logros claros de manera puntual y adecuada, sin que la situación caiga en castigar el desempeño laboral de quienes no logran cierta meta necesaria para una recompensa. De lo contrario se pierde el enfoque de un programa de este tipo.
Motivación personal
Cada persona hace las cosas por razones personales. Sí, es importante coherencia entre la empresa y sus miembros, pero ellos no dejan de ser individuos con gustos, intereses, miedos, pasiones y sueños personales.
Por tanto la motivación debe lograrse a través del conocimiento de las personas y lo que desean, para satisfacer necesidades genuinas, en lugar de ignorar la parte psicológica y sólo dar regalos innecesarios. Después de todo el crecimiento y la superación personales son elementos comunes en todas las personas, que varían en detalles que pueden ser identificados si hay esmero en conocer a dichas personas.