Vamos a empezar como les gusta a mis lectores, con una de esas frases que nos hacen reflexionar. “Si pudiéramos saber primero dónde estamos y a dónde nos dirigimos, podríamos juzgar mejor qué hacer y cómo hacerlo”, de Abraham Lincoln.
Todo en esta vida evoluciona y lo antiguo se queda obsoleto. No hay excepciones y aún más en los tiempos en los que vivimos ahora. Pero hablemos de un área importante en nuestras empresas, Talento Humano, véase que el nombre de Recursos Humanos ya está desapareciendo y ese es un ejemplo de lo que les estoy hablando.
Casi todas las empresas que han decidido evolucionar ya borraron el nombre de RH de sus organigramas. Lo ha sustituido por “Talento Humano” y han decidido cambiar los procesos de todo el departamento. Contar con un buen capital humano y saberlo administrar es definitivo en el progreso de una empresa.
Conceptos como ‘globalización’, ‘cambio de contexto’ y ‘valoración del conocimiento’ nos rodean por todos lados. Cuando usamos el término de ‘recursos humanos’ parece que estamos etiquetando a la gente como un instrumento o una pieza más de la organización, cuando en realidad la gente es lo que le da vida a esa maquinaria. Es quien está dando su talento y experiencia al funcionamiento de una organización. Aun ahora que muchas áreas tienden a automatizarse, el hombre sigue siendo insustituible.
Una de las actividades primordiales del área de talento humano es evitar la fuga de talentos humanos. Los costos en el proceso de selección, contratación y capacitación del talento son muy altos, por lo que hay que hacer que valgan. Es necesario mantener las mejores herramientas para que estos procesos tengan niveles de excelencia.
Muchas de las pruebas utilizadas para la selección del talento humano ya están obsoletas y las podemos encontrar fácilmente en Internet. También hay guías de cómo resolverlas para ser contratados, pero ahora hay nuevas pruebas en el mercado a las cuales hay que voltear a ver.
¿De qué nos sirve tener a una persona que es una eminencia en el área que necesitamos cubrir, si no nos detenemos a ver si está acostumbrada a mentir o a discriminar o ‘bulear’ a sus compañeros?
¿Para qué insistimos en poner a alguien que sea excelente administrando y ejecutando en un puesto directivo, si le faltan habilidades de planeación estratégica y liderazgo? Como decimos popularmente: “cada persona es un mundo” y está sujeta a la influencia de miles de variables, que derivan en diversos patrones de comportamiento. Por ello es muy importante la buena Administración del talento humano.
Nuevamente… evolucionar o morir. Si queremos que nuestra organización no sea obsoleta, tanto en lo general como en cada una de las áreas que la componen, debemos evolucionar y buscar nuevas herramientas para tener la mejor gestión del talento humano. Nos vemos el próximo mes.
Jaime Salvidea Rello