Todos hemos tenido mentores, tanto en lo personal, como en lo académico y en lo profesional. Sin embargo, de pronto nos podemos percatar de que ya tenemos ese rol para otros. Así como no todos los jefes son líderes, no todos los líderes son mentores de todo su equipo, pues ésta es una relación más íntima que se da con algunos.
Por tanto es importante saber cómo ser un mentor de alguien, para tener un impacto positivo en las vidas de aquellos que quieren aprender de lo que errores y experiencias nos han enseñado. Así, en lo profesional, será posible ayudar al crecimiento de los demás, tanto en rol de mentor, como en el de líder de un equipo.
9 consejos para ser un gran mentor
1) Enfoque
Cada situación que surja entre mentor y discípulo será distinta, incluso si no lo parece. Por lo tanto es importante reconocer esta característica tanto en las personas, como en las experiencias que viven juntos. Rebecca Corliss, responsable del equipo de desarrollo y cultura, en el área de marketing de HubSpot, recomienda hacerse a uno mismo la preguntas siguientes para estar listo:
- ¿Cuál estilo de dirección buscas tener?
- ¿Qué expectativas establecerás respecto a tu estilo?
- ¿Cómo se trabajará mejor contigo?
- ¿Cómo sabrás cuando tu discípulo logre tener éxito?
- ¿Cómo le comunicarás esto ?
- ¿Cómo esperas que sea el desarrollo de tu discípulo durante el curso de tu orientación?
- ¿Qué fases pasará para llegar a ese punto?
- ¿Cómo usarás el tiempo con tu discípulo de forma individual?
- ¿Cómo acordarán las expectativas que tienes de las reuniones individuales?
2) Expectativas y acuerdos
En estas relaciones, ya sea que surjan de forma natural o que se busquen activamente, es importante fijar expectativas claras que sirvan a ambos. Si no, los malos entendidos y las decepciones nublarán algo que tiene muy buen potencial a futuro.
Es necesario entender exactamente cuál es la motivación de los demás, pues te ayudará a dirigir la discusión en la dirección más útil para todos.
3) Tener un interés genuino en tu discípulo
Parece que es algo que sobra ser dicho, pero es mejor prevenir que lamentar. Si no hay un interés verdadero en una relación tan personal como la de mentor y discípulo, será mejor no aventurarse a ella. Hasta los consejos mejor intencionados pueden resultar mediocres si no hay un conocimiento de la persona.
Algo que muchos llegan a olvidar es la importancia de preocuparse por los demás como personas, lo cual es en especial relevante cuando se trata de una relación entre mentor -y discípulo. Las pasiones, sueños, intereses, pasatiempos y rutina de cada uno, son áreas en las cuales el mentor debe interesarse, para lo cual es necesario escuchar con atención, de acuerdo con Inc.com.
4) No asumir
En general siempre es malo juzgar y asumir cosas de otros debido a estereotipos. Al ser mentor de alguien es particularmente dañino para la relación, pues su responsabilidad es conocer a la persona, como ya dijimos.
Es común que al inicio de la relación aún no se sepan detalles de casi ningún aspecto de la vida de la otra persona. Por ello es recomendable hacer preguntas de todo tipo y pasar tiempo juntos. Esto es parte de la inteligencia emocional requerida en un mentor, ya que creará un ambiente de confianza y un vínculo más estrecho.
5) Honestidad
Un mentor tiene que estar dispuesto a compartir sus propios errores y fracasos, pues ayuda más que a la confianza: suelen estar acompañados de enseñanzas. Leslie Ye, de HubSpot, hallar paralelismos entre los problemas y obstáculo que enfrenta un discípulo, y los que ya conoce un mentor por sus experiencias pasadas.
Escuchar cómo es que alguien más enfrentó un desafío puede ayudar a encontrar una solución o la tranquilidad necesaria. Cabe resaltar que no significa que el discípulo hará exactamente lo que el mentor hizo o recomienda y esa libertad se debe respetar. La idea es crear un ambiente en el cual ambos se escuchen y valoren.
6) Celebrar logros
Muchas conversaciones de orientación giran en torno a los aspectos negativos, porque es común buscar a un mentor cuando hay dificultades. Sin embargo, se debe prestar atención especial a los logros de un discípulo, ya que así se balancea la relación y complementa. Seleccionar una estrategia para celebrar sus logros depende de cada mentor.
7) Formación
Los mejores mentores buscan situaciones en las cuales los discípulos se involucren para aprender y desarrollar las habilidades que desean o necesitan. No importa con cuánta experiencia cuentes el área la industria en la que tu discípulo trabaja (o quiere hacerlo), puedes proporcionarle recursos útiles para ayudarlo a que sea exitoso.
Según la relación que se tenga (trabajen juntos o no), será la forma en la que un mentor pueda influir en la formación del discípulo direcamente. Desde colocarlo en proyectos específicos que le beneficien, hasta hallar cursos y capacitaciones que puedan servirle o ponerlo en contacto con personas que le ayuden, son maneras de formar a un discíplulo.
8) Pensar en el largo plazo
La mentalidad del mentor debe ser de por vida. Así se interesará en lo que el discípulo hace y planifica de manera genuina y con miras a objetivos que impacten su vida, en lugar de sólo buscar la gratificación inmediata.
Esto es particularmente importante si trabajan en la misma empresa, porque el mentor tendrá un impacto más grande en el discípulo, y éste a su vez en la empresa.
9) Predicar con el ejemplo
Clásico y repetido innumerables veces, pero no por ello menos importante. El mentor es una figura a seguir, por ello a pesar de no ser infaible, debe ejemplificar la actitud que busca inculcar en los discípulos.
Ser un buen mentor requiere de práctica y paciencia. Mientras más trabajes con cierto discípulo, más aprenderás sobre su estilo de comunicación, de procesamiento sobre retroalimentación y su manera de perseguir objetivos. Al mismo tiempo, tú también aprenderás mucho sobre ti mismo, como por ejemplo: ser eficiente para transmitir ideas a los demás y entender qué tan bien controlas tus emociones o si eres capaz de proporcionar una visión que motivará a otras personas, entre otras cuestiones.
Al final, ser un mentor probablemente será una experiencia igual de gratificante para ti, como lo será para quienes se conviertan en tus discípulos.