La falta de puntualidad habla por sí sola y demuestra la poca u nula organización de nuestro tiempo. Esta mala organización conduce a que las personas tengan un desempeño laboral bajo.
La puntualidad comunica muchas cosas: demuestra que estás dedicado al trabajo, interesado en el trabajo y eres capaz de manejar la responsabilidad. Ser puntual ayuda a proyectar un sentido de profesionalismo y compromiso.
Para ser puntual, primeramente debemos ser conscientes de que toda persona, evento, reunión, actividad o cita, tiene un grado particular de importancia. Nuestra palabra debería ser el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario. Cuando llegas a tiempo al trabajo o a las actividades relacionadas con él, demuestras que eres capaz de honrar tu palabra.
Cuando los empleados son puntuales, el lugar de trabajo funciona mucho más como un todo. Por ejemplo, cuando todo el mundo llega a tiempo a una reunión, la reunión puede comenzar puntual y tener resultados positivos en el desempeño laboral.
La falta de puntualidad no sólo afecta el lugar de trabajo, también afecta a las personas que están dentro de ella. Todo eso puede conducir a malestares entre compañeros y provocar una división entre los mismos.
Los líderes influyen en todo el lugar de trabajo. Cuando los líderes llegan retrasados, le envían un mensaje de irresponsabilidad a los empleados, lo que puede disminuir la moral. En cambio, cuando los líderes son puntuales, exhiben una ética de trabajo a la cual aspirar.
En este mismo sentido podríamos añadir que la puntualidad depende de la importancia de nosotros compromisos. Si tenemos una entrevista para solicitar empleo, la reunión para cerrar un negocio o la cita con el director, hacemos hasta lo imposible para estar a tiempo; pero si es el amigo de siempre, la reunión donde estarán personas que no frecuentamos y conocemos poco, o la persona –según nosotros- representa poca importancia, hacemos lo posible por no estar a tiempo. ¿Porque ser así? ¿No debería cambiar la definición de puntualidad? Deberíamos de darle el mismo peso de importancia a cualquier situación. El tiempo de la gente es igual en cualquier situación.
Si bien en muchas ocasiones surgen imprevistos imposibles de superar, lo cual afecta de manera importante a la puntualidad, también hay muchas acciones que se pueden llevar a cabo para organizar bien los tiempos y llegar siempre a la hora acordada.
Las causas de la impuntualidad pueden ser varias como la irresponsabilidad, el desorden, la pereza o falta de incentivos en el trabajo; por ello, lo primero que se debe hacer es buscar la causa y encontrar el medio adecuado para resolverlo.
Reducir distracciones, levantarse más temprano, activar un despertador y colocarlo lejos de la cama, así como elaborar un horario junto con un plan de actividades, son acciones que pueden ayudar en gran medida a mejorar los tiempos.
Llegar tarde al trabajo conduce al estrés, al enojo de jefes y clientes; también, descuento en el salario, retardos en las actividades asignadas para el día, etcétera. Con ello, se incrementa la posibilidad de tener un desempeño laboral deficiente que puede terminar en un despido.