Existe una frase muy famosa y muy cierta: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Esta frase es cierta, tanto en la vida personal como en las empresas. El reto es que en las empresas, para lograr los cambios no tiene que cambiar solamente una persona, sino que tienen que cambiar todos los integrantes de la organización. Sólo de esta forma se logrará cambiar la cultura y lograr los nuevos resultados buscados.
En ocasiones los dirigentes de la empresa, el departamento de desarrollo organizacional y el departamento de recursos humanos, creen que la gente cambiará su forma de actuar por simplemente decirlo o desearlo. La realidad es que nadie en su vida cotidiana, ni en su vida profesional, hace cambios en su forma de actuar porque alguien se lo pida.
La única razón por la que los seres humanos cambiamos es porque tendrá como resultado un beneficio directo para la persona que lo realiza.
Pongamos un ejemplo claro de este tipo de situaciones. Cuando una empresa realiza una campaña para ahorrar papel o energía eléctrica en la empresa, ¿cuál es el beneficio que recibe un trabajador por ser parte activa de este esfuerzo? ¿Recibe acaso un aumento? ¿Quizás un bono por ser quien más ahorró?
La realidad es que no, por lo general este tipo de campañas no tienen beneficios inmediatos para los trabajadores y por tanto es complicado que se logren los resultados en el tiempo que la empresa lo plantea y, en especial, que los empleados se involucren en el cambio.
Para lograr cambios tenemos que darle al empleado beneficios directos por los cambios que realice. Una forma de hacer estos cambios y de mejorar los resultados de las empresas es mediante un programa de reconocimientos.
El programa de reconocimientos es una herramienta muy poderosa para generar cambios y aumentar la productividad en las organizaciones. Esto se logra a través de un esquema de transferencia de mejores prácticas, que se genera de manera casi natural. ¿Cómo? Muy fácil: supongamos que un empleado entra a la intranet y ve que su compañero, al que él considera flojo, poco dedicado e incumplido, es nombrado el empleado del mes.
La reacción inmediata del empleado será de asombro, después investigará qué es lo que hizo ese empleado para ser nombrado el mejor empleado del mes y una vez que logra ver las acciones que lo llevaron a ser empleado del mes, él hará lo necesario para que el mes siguiente, sea considerado el empleado del mes.
Por lo general, cuando sabemos que podemos hacer las cosas mejor que otra persona sin gran esfuerzo, hacemos lo posible para mejorarlo. Llamémoslo un instinto de competencia nato que existe en el ser humano.
Cuando logramos estimular este instinto de competencia dentro de la empresa, creamos la transferencia de mejores prácticas y logramos que la gente haga las cosas por el beneficio que les trae a ellos. Así se generan los cambios dentro de la organización. Suena algo sencillo y lógico, pero ponerlo en marcha necesita de experiencia y apoyo.